Se conocieron. Él se hacía el duro, ella lo era.
Se enamoraron. Él dejó de fingir, ella empezó a hacerlo.
Se pelearon. Él se volvió duro, ella se volvió blanda.
Y discutieron, y se amaron, y volvieron a discutir y se volvieron a amar.
Y así pasaron los meses, entre risas, besos y abrazos. Entre desprecios, lágrimas y soledad.
Ella era una gran historia. Él era el mejor lector.
Se cansaron. Él siguió su camino, ella se perdió en el medio.
Y él volvió a su música, a sus rimas, a sus letras.
Y ella se quedó con sus libros.
Él volvió a soñar en verso. Ella en rock.
Eran tan diferentes que no se dieron cuenta de lo iguales que parecían.
Eran accidentes esperando. Esperando suceder.