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jueves, 22 de enero de 2015

Marea.

Pequeño corazón de mimbre, aunque yo sea lija y tu terciopelo, te regalaré mil quilates si duermes conmigo.
Que yo no quiero ser un poeta contigo pero te esperaré siempre entre hormigones, rogándote al oído que te quedes hasta el día que lluevan pianos.
Y cuando vengas te daré una bienvenida al secadero y ojalá me quieras libre, ya que sabes que a mi la luna me sabe a poco.
Dame un poco de tu amor temporero que soy un perro verde en busca de tu agujero.
Que cuando te encuentre te dejaré la camisa rota y que se joda el viento.
Te regalo mis venas con humo y palabras, que si no me quieres me despellejo y a la mierda primavera.


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