Esto es el destino: estar en frente y nada más, estar siempre enfrente.
Pensé en como sería el reencuentro: aparcaría al coche y me abrazaría, y yo me sentiría segura y me engañaría pensando que no lo abandonaría nunca más. Lo deseaba con tantas fuerzas que sentí un pinchazo en el estómago.
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