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lunes, 9 de enero de 2012

Tómatelo con calma.

Así es ser un animal.
Solo experiencia directa, instantánea y muda; memoria y reconocimiento, pero no palabras.
Un poeta con mis sentidos podría pasarse la vida entera intentando describir cómo respira un edificio o cómo huele el cemento viejo.
¿Y para qué?
¿Para qué escribir una canción si nadie puede tocar las notas ni entender la letra?
Estoy sola.

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