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jueves, 9 de junio de 2011

Llamame Seth.

Si no te caen bien los que se miran el ombligo, ni te fijaras en mí.
Vivo inmerso en mi pasado, revolcándome en el.
Considero mi infancia una especie de llave dorada.
Siento que si medito, hurgo en ella y la sopeso lo bastante, encontraré la solución a todas las cosas que están mal en mi.
Déjame cinco minutos a solas y me sumiré en alguna depresión.
Todo me pone triste.
Bueno, igual me he pasado un poco. Pero hay muchas cosas que sí.
Hasta las cosas que me gustan tienen cierto halo de tristeza.
Igual es que me gusta sentirme deprimido. No lo sé. Ya me he engañado antes con muchas otras cosas.
Lo de “engañarme” me tiene preocupado. Ni siquiera sé hasta qué punto me autoengaño.
Cuesta llegar al fondo de uno mismo.
Cada vez que siento que estoy siendo honrado conmigo mismo, me pregunto si no estaré huyendo de una verdad más profunda.
Me asombra poder saber algo al tiempo que lo evito.



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