¿Qué sería sin amor el mundo para nuestro corazón?
Una linterna mágica sin luz.
Apenas pones la lamparilla aparecen sobre tu blanca pared
imágenes de todos los colores.
Y aún cuando no fueran mas que eso, fantasmas pasajeros,
constituyen nuestra felicidad si los contemplamos como niños pequeños
y nos extasiamos ante esas maravillosas apariciones.
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